lunes, 14 de noviembre de 2011

El mundo o la realidad


Desatino controlado. La flecha da en el blanco cuando el blanco es el mundo.

La realidad es un millón de voces y un millón de puntos. Es tan absolutamente impresionante que el mundo tenga un sonido y que ese sonido sea todo cuanto un oído pueda escuchar. La realidad es como un hilo que se topa con un cerebro humano. Una niña triste en Haití, un granjero en Australia, un pájaro en el Amazonas. Es una mesa servida cubierta de misteriosa invisibilidad. Todo el conocimiento del mundo es la mitad de la mitad...

El hombre es las interpretaciones de sus momentos presentes. El hombre es sus reacciones al mundo. La realidad, sea lo que fuere, no requiere de un centro interpretándola.

La mañana y los días, la puerta cerrada, la sombra, la luz viniendo de afuera, las imágenes del aparato. Viendo al ojo y al tumulto mismo. Los mismos espacios que se llenan por otros espacios que no se llenan. El vacío es lo repleto hasta el borde, al revés.

El cerebro es un pincel que puede ser global. La gente caminando, la vereda, el cordón de la calle, el cielo, dos perros andando. El mundo es un una hoja al viento de una realidad. La mariposa, el ruido, el polvo en el aire. El mundo es la cortina que se levanta en un cerebro que se enciende.

El Universo entero se entremete en un cerebro humano. El calor, el frío, el átomo paseante. El mundo es un parpadeo. De noche y de día, la vida es una tómbola. Un mar que toca tierra y una tierra que toca mar. El mundo es el papel antes del dibujo.

El cuerpo va al mundo apenas nace. El mundo va al cuerpo apenas muere. El mundo es cuando algo respira.

El Cosmos se topa con la mente mientras una hoja de árbol cae en otoño. El Universo es el teatro del átomo.

Una persona es el Universo que ya sabe que él existe...

No hay comentarios:

Publicar un comentario