miércoles, 17 de agosto de 2011

Extraterrestre

Sonido extraterrestre, de otro mundo
Acorazado suburbio sentimental
El ojo mudo
Un duende craneal

Barrera mordiendo el diente profundo
De todo un pecho que sabe y no pudo
Varios alumnos
Un surco cerebral

De las bestias y garras que van sangrando
Hechas del oculto transparente barro
Bien matando
El nudo neuronal

Sombra del centro del sol en las costas del alma
Hilo antinatural y un puñado de nada
Dos pensando
El corazón celular

Trinchera sin línea directa al envoltorio
Bombardeando el sentimiento de paz
Baleando
El cielo temporal

Reloj y manecillas en la mesa café
Pies de pasos buscando las huellas
Desbordando
Atrasado frontal

Sentido extraterrestre, algún mundo
Espaciado cálculo de arena y cal
El pecho su nudo
Nervioso y central

lunes, 15 de agosto de 2011

Amor que desatas a mitades

Algún momento hace unos cuatro años...


Vuelvo a escribir del amor y ahora me refiero a él como algo inalcanzable. No logro escribir romance en frente de mi propio espejo. Veo el pelo en mi mano que lo toca y esa sensación del universo adentro, esa sensación no atendida como hoy la atiendo recordando. Mi amor es vacío, la situación incompleta sostenida entre dos hilos, dimensión de la cosa inacabada, espacio en mitades soportado. Mi amor es angustia, baldosa triturada por su desequilibrio. Angustia en la plaza, en el parque, en la cabeza de quien escribe. Busco el bello momento espontáneo del acompañamiento, suave mano tras la mía, tocándome con su olor. Pero veo que debo ser masón, albañil de los puentes, para acercar las distancias y hacer suelo pisable tras la esquina de esta casa.

Y veo lejanía todavía, como espinas en el ramo. Y veo soledad entumecida en mi esternón. Recuerdo rayos de sol en ese pelo y figuras de piel marrón bajo mis manos que sudaban. Momentos de risas en ese universo contenido, en compañía, con alguien sumando al deleite. ¡Qué buenos momentos pisando la tierra! Me hacía árbol plantado con esos abrazos, era Dios en la botella del pirata, esa del mapa y del tesoro en alguna isla. Y el olor, ese olor inconfundible, con el que ahora sufro en los mayores silencios, como siempre. Como siempre sufro, cavando el ojo para una lágrima de amor... más bien de desamor. Mi amor es vacío, mi desamor es todo lo completamente a mitades. ¡No sé qué es peor! Ver lo que quiero y reconocer lo que tengo me es imposible, no hay tesoros en el cofre del mañana. En esta mitad no hay mañana sino sólo el reflejo de algo en el pecho. Mi pecho, tu pecho..., ahora mío de nuevo, venido a mí en una mitad, en un trozo entero de vacío... en un recuerdo que no se elige.

domingo, 14 de agosto de 2011

Pregunta total

¿Cómo puede el espíritu exaltarse? Esa es la pregunta hacia adentro. Y también adentro: ¿cómo puedo exaltar mi espíritu? Yo quiero que esta pregunta sea lo más simple y sencilla posible, sin esas trampas del inconsciente, sin querer poner como autoridad a un método, sin querer escapar de cualquier actualidad, sin aparentemente querer convertirme, transformarme, "cambiar", sin ningún entramado oculto o aparente de este lenguaje, que es uno de los únicos que tengo, ahora, hoy, aquí.

¿A dónde pongo el ancla o a dónde la quito, en este mar de mí mismo, en todas estas embrabecidas aguas? Uno se siente observando la pared, pero está buscando, no está sintiendo. Quiere ver si en el surco ahí surge el reflejo del surco aquí.

Exactamente, qué es lo que debo comprender. ¿Será el por qué soy así? ¿Por qué soy así? ¿Será la misma esencia de la pregunta? No sé a donde mirar, y esto es literal: miro a un lado de la pantalla, escucho la música, vuelvo a mirar la pared. ¿Dónde se halla eso que no encuentro? ¿Dónde está el inicio de mi búsqueda? Y, como ya se dijo: ¿qué es pregunta, y qué es respuesta? ¿Cuál es precisamente el secreto? ¿Cuál es el inicio de eso que no sé, de eso que es absolutamente viable que ahora mismo no entiendo, de aquello que ni siquiera en lo más recóndito de mi ser imagino?

¿A dónde voy con las nubes todo quieto aquí? Mi memoria me dice que soy imperfecto, que desde estos errores no se llega. Pero ¿a quién le dejaría un texto si fuera yo perfecto?

Esto está tan cerca que no lo puedo ver, esta esfera de lo que soy está ahí, impregnándolo todo, y no lo capto. ¡Qué barbaridad! ¡Qué ceguera! ¡Qué tremendo desafío de los enjaulados el ser libres! Los pájaros, el aire entre las manos, los árboles cortados, la calle en el humano, la mente cortada y las cortadas manos y los cortados pies.

Un océano. Ese agua golpea. ¡Bum! Piedras se mueven, se caen. Truenos, ¡craaaj! Viento golpeando las aguas, aguas ahogando al hombre. Cielo gris, cielo oscuro, suelo empapado del Yo. Un océano y el mar organizado viniendo al desencuentro. Arena húmeda y soledad, un poco de frío y nada de liberación.

¿A dónde me he ido sin moverme de este lugar?, ¿por qué lugares ocultos está mi mente que este quien escribe ahora, este personaje, ni siquiera atisba la noción, la idea, la palabra?

No quiero ayuda. Ninguna persona es una isla, pero la comprensión es un desierto. No es que no quiera ayuda por ego y autosuficiencia, ¡es que es camino propio! ¡Sólo mío y de nadie más! ¿Quién pegándome o conversándome me hará entender? Nadie, el entendimiento es un asunto revolucionariamente personal. El espejo y lo reflejado. El espejo...

Con cuántica precisión, con absoluta certeza, ¿cuál es el entendimiento, el punto que debo comprender, para que este espíritu sea lo que no es ahora? ¿Cómo, cuándo y dónde es la liberación?

Si errando acepto el error, si imperfecto acepto la imperfección, si humanamente equivocado acepto la equivocación, si con ignorancia me acepto esta visión, ¿vendrá lo que tenga que venir? ¿Todo fragmentado vendrá la no fragmentación? ¿Cómo puede mi espíritu soltarse las cadenas, vencer las trampas y salirse de la jaula? ¿Qué acción es exactamente requerida? Esta es mi pregunta total y aquí está hecha.

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Publicación original
http://mimajestad.blogspot.com/2011/07/pregunta-total.html

sábado, 13 de agosto de 2011

Hombre libre, no has de apagarte a nada


Ni a las palabras, ni a los signos, ni a las artes. Hombre libre, no has de apagarte a las emociones, a las relaciones, a los castillos de la sociedad preestablecida. Andarás atento al proceso personal, sin opciones, sin caminos, sin enfoques. No te apagarás a los pensamientos, a la intelectualidad, ni siquiera a la memoria de los colores y de los recuerdos.

No vivirás o morirás una vida apagado a los datos, a la ciencia, a la razón así enseñada; no te apagarás a lo que otros han dicho, a los carteles ajenos, a los dedos señalando la Luna. No dirás que la sal está en el frasco ni que la tinta en el tintero.

Hombre libre, no te apagarás a los dichos propios, menos a los ajenos, ni a las opiniones mayoritarias o minoritarias. No te apagarás a los conceptos, a la reglas, a los dogmas, ni a eso derecho que puede estar al revés. No te apagarás a la idea, al artificio genial de una mente del mundo, a las expresiones de la boca o del cuerpo, ni a los astros milenarios que han estado ahí con otro hombre como Vos.

Hombre libre, Usted no se apagará a una costumbre, a un hábito, a una rutina, porque sabe que lo apagado es colilla de cigarro. No se apagará a las imágenes, a las creencias ni a las Instituciones. Usted sabe, no hay autoridad, ni interna ni externa.

Pero, por sobre todas las cosas, hombre libre, no se apague al ahora mismo manteniendo encendido un condicionamiento. Apáguelo todo y enciéndase para siempre.


Dedicado a mi madre....
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Imagen http://comicapocalipsis.blogspot.com/2009/05/jueces-sin-rostro-el-jurado-anonimo-del.html
Original http://mimajestad.blogspot.com/2011/07/hombre-libre-no-has-de-apagarte-nada.html

viernes, 12 de agosto de 2011

A la vuelta de la esquina

No estoy en el camino, pero ya voy llegando. En estos momentos lo avizoro claramente. Voy viéndolo, ahí está, siendo camino para caminar. Ahí está.
 No es nada extraordinario sino todo lo contrario, algo ordinario, simple, algo que puede hacer cualquiera, sinceramente, nada del otro mundo. Al camino ahí lo veo, con huellas que estoy a punto de poner. Tiene árboles y no tiene, tiene tierra y no tiene, y lo veo.
Mi Yo puede empezar un trayecto de aniquilación, de terminación o de concluir una historia para empezar justamente otra. Inmediatamente, sin demoras, otra historia. Claro, tengo miedo, me quiero preservar, todo mi ser quiere seguir estando tal cual está ahora. Pero ahí está, ahí veo el camino, lo percibo en mi pecho, en la línea clara de mi pecho tranquilo. Tengo tantos miedos, tantos defectos, tantas imperfecciones y, sin embargo, el camino me aguarda, el sendero me espera.
Es algo tan raro que un imperfecto como yo avizore la paz, la tranquilidad. ¡Hace dos años era algo imposible!
Y todavía no tengo nada de eso, pero ahí está, es una línea para ser usada, para traspasarla, para ponerla como una red en toda mi piel. Tan imperfecto...tan pecador, tan repleto de defectos y el camino invitándome, es extraño que yo lo merezca.
¡Yo, nada menos que yo, este Yo hecho trizas, explotado, sucumbido, destrozado, perdido! Pero ahí está, yo lo veo.
La línea de mi pecho lo dice. Voy llegando. Estoy a la vuelta de la esquina. Esperame. 
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El original en http://mimajestad.blogspot.com/2011/08/la-vuelta-de-la-esquina.html